Los alfileres de 2013

Hemos entrado en un nuevo año.
El calendario maya se terminó y ahora toca reescribir nuestra propia historia. Nadie va a llevarnos de la mano hacia un mundo nuevo, libre de crisis o desastres. Somos nosotros mismos los que debemos abrirnos camino y andar hacia adelante. De nada sirve mirar atrás, porque el pasado queda atrás; mas no olvidado. Pero no puede cambiarse.
Por lo tanto, ¿qué actitud se debe tomar en esta nueva página en blanco que debemos escribir? Actitud positiva. Con ilusión y esfuerzo es como se superan todas las adversidades. No podemos superar los problemas cerrando los ojos a la realidad. Tampoco pasando la pelota para que otras personas lo arreglen todo. Hay que armarse de valor y afrontar la situación real, aportando ideas, actuando con decisión y siendo consecuentes con el rumbo marcado.
El año 2013 trae consigo muchos retos. Hemos superado el fin del mundo ficticio. Ahora toca sobrevivir al fin del mundo real. Trabajo, esfuerzo e ilusión no deben faltar entre los ingredientes de nuestra receta particular, la que será el antídoto frente a estos tumultuosos tiempos que corren.

Esa ilusión, por ejemplo, es la que se tiene cuando se planifica una boda, cuando se programan todos los actos conmemorativos y fiestas para compartir la alegría con familiares y amigos, regalando alfileres de novia con mucha ilusión para que siempre quede un buen recuerdo entre todos los asistentes.
También hay sinceridad en la sonrisa de un niño. Esa carita de ángel sonriente que te mira y te dice que aún hay esperanza, porque ellos son los que, con fuerzas renovadas, emprenderán la remontada y el nuevo camino hacia el progreso.
Hay cariño en el abrazo de un ser querido, que te estrecha entre sus brazos para decirte que estará contigo pase lo que pase, aunque toque sufrir o superar cualquier escollo que se presente en el camino.
El amor que transmiten nuestras personas mayores, que están con nosotros tras mucho batallar. Hace años ellos eran los jóvenes que lucharon por construir un mundo mejor, el que nosotros hemos estropeado, pero que aún puede ser reconvertido. La experiencia y sabiduría que ellos pueden aportar no tiene punto de comparación.
Hoy día, los jóvenes mejor preparados son precisamente los que se van. Quieren progresar en el ámbito personal, y por eso nos dejan aquí solos. Desean algo mejor, y entonces deciden irse a un lugar mejor. Tal vez vuelvan algún día para aportar su potencial de sabiduría y riqueza, pero para ese entonces quizás sea ya tarde, quién sabe.
De modo que no hay más remedio que acudir a la batalla con lo que tenemos. El ejército está formado por personas con poca preparación pero mucho coraje. Los soldados han sido adiestrados en los centros de reclutamiento para combatir frente a cualquier enemigo que se presente. Las armas no son muy avanzadas, pero podemos suplir ese déficit con grandes dosis de ilusión. Nadie puede ganarnos si hablamos de carisma, ambición y voluntad.

Habrá otros ejércitos más avanzados tecnológicamente, pero la psicología es más importante que la técnica. En cualquier actividad o ámbito físico donde nos movamos, se puede aplicar esta máxima. La cabeza gobierna sobre el cuerpo e incluso sobre todos los elementos externos al cuerpo. Así que no tenemos excusas para ponernos el casco, coger el escudo y la espada y salir al combate.
Lucha junto a tu compañero, amigo y hermano. Protégelo de los peligros que él no vea y él hará lo mismo contigo. No pierdas de vista el objetivo: derribar al enemigo sea cual sea su forma o intenciones. Trabaja, crea, lucha. Ilusión, esfuerzo y trabajo. Esas son las premisas. Estos son los alfileres que para 2013 nos harán pinchar la burbuja invisible que nos asfixia y no impide respirar aire limpio, puro, sano. Unidos podemos vencer.